Acercamiento al Progresismo

Al plantearme escribir sobre el Progresismo, la duda que me embargaba era sobre cómo abordarlo, entonces decidí, luego de recordar las enseñanzas de “Candido” de Voltaire, abordarlo de un modo que dentro de un marco conceptual formal propuesto; se pudiese disfrutar, discutir y compartir por cualquier red social y en cualquier café de la ciudad.

No quiero empezar diciendo que él Progresismo se fundamenta en la búsqueda de La justicia distributiva, La libertad, La igualdad, La responsabilidad, La integridad y La seguridad, es decir, en la Paz, Bienestar y Progreso. Quiero comenzar hablando de los compadres y comadres.

El Progresismo es la postura del compadrazgo latino, veamos, un compadre o comadre es aquel que “colabora con el padre o la madre”, no es un tío que lo ligan lazos sanguíneos, ni una suegra o suegro que lo unen lazos políticos debido al amor o al compromiso de sus hijos. El Progresismo es una postura que es por su esencia un compromiso con el bienestar de sus ahijados de sus “hijos” por compromiso propio. 

Desde el Progresismo se busca que todos los derechos sean para todas las personas, este es un rasgo esencial del Progresismo, y recuerdo claramente a mi padrino Alirio regalándome en algún diciembre la misma pistas de trenes eléctricos que a sus hijos, así el Progresismo busca la igualdad de todas las personas tanto frente a la ley, como en igualdad de condiciones para poder desarrollarse como individuos y como sociedad.

Ahora bien, este tipo de sociedad solo se presenta en un Estado constitucional, y claramente decimos que en el conocimiento y respeto de la norma constitucional es en el que se puede desarrollar la postura Progresista, esto nos acerca a la civilidad y nos aleja de la barbarie.

El compadrazgo es una idea latina, expresión del verdadero espíritu social del ser humano. Así mismo el origen socialista del progresismo, nace también de la condición natural del hombre. Es por ello que el Progresismo del que hablamos es, y para contextualizar, de izquierda, más aún de Centro Izquierda, porque más allá de identificarse con la izquierda se separa definitivamente de la derecha política y del neoliberalismo puro en el contexto económico.

Más sin embargo, hay que aclarar que él Progresismo no se desliga del capitalismo, ya que en el óptimo uso de sus reglas se puede mejorar los ingresos per cápita, que redunda en el bienestar social de todos los ahijados, es decir en las libertades individuales y comerciales se encuentra la génesis para el bienestar grupal, social.

Es en la innovación, la creatividad, en el emprendimiento donde se pueden desarrollar políticas y/o proyectos que ayuden al conglomerado social. Otro de los aspectos del Progresismo es el racionalismo, tomando el racionalismo como el modo de estructurar las políticas gubernamentales, a los proyectos sean sustentables en el tiempo, que superen la inmediatez populista. Por otro lado hay que tomar en cuenta lo expuesto por George Lakoff en relación al momento electoral y al uso de la racionalidad: “Las campañas políticas basadas en el racionalismo descuidan los aspectos simbólicos, morales, y emocionales, es decir, todo lo que debería enmarcar las campañas políticas”, esto se debe a que en el campo político y más aun en su momento electoral el racionalismo carece de poder para identificar las necesidades del elector. Es decir el Progresismo debe basarse en una “Racionalidad Comprensiva” donde la razón sea el medio para comprender al individuo, sus valores, símbolos y emociones.

En este punto de la relación del racionalismo con lo emocional, es en un mismo sentido el punto sobre cuales familiares apreciamos, no es necesariamente al más inteligente ni el más responsable, el venezolano aprecia en mayor medida a aquellos familiares con los cuales sentimos mayor empatía. Es basados en este “sentir” que elegimos, en mayor medida, a los padrinos de nuestros hijos, pensando en nuestra relación como compadres más que en la condición de: “colabora con el padre o la madre”.

Así llegamos a un último aspecto de estás primeras líneas, el Progresismo no es revolucionario, no es reaccionario, es quizás reformista, eso sí, evolutivo indiscutiblemente, digamos que es “evolucionario”, se parte del reconocimiento del presente como consecuencia de los eventos históricos para poder superarlos y así avanzar en la consecución de una sociedad de paz, bienestar y progreso.

Debemos seguir construyendo nuestro propio Progresismo, que parta de las condiciones naturales de Latinoamérica, en la cual utilicemos nuestros propios códigos lingüísticos, nuestro propio marco conceptual, donde se proponga una identidad particular. Tomando los preceptos teóricos desarrollados hasta el momento pero construyendo nuestra propia casa, eligiendo a nuestro compadre a nuestra comadre.

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