Thaler, Hanke y la dolarización

Para Thaler la conducta del ser humano es fundamental en la toma de decisiones económicas

La psicología económica demuestra que el ser humano no actúa siempre guiado por criterios racionales. Este concepto y otros relacionados integran las ideas de la llamada psicología económica promovida por el destacado académico de la Universidad de Chicago, Richard Thaler a quien, por su importante contribución en este campo, la Academia Sueca le otorgó el premio Nobel de Economía 2017. Para Thaler la conducta del ser humano es fundamental en la toma de decisiones económicas, ya que los deseos, valores, miedos, prejuicios o afectos determinan las valoraciones o juicios de las cosas y, por tanto, tienen gran influencia en la toma de decisiones. 

Estas teorías de la psicología económica de Thaler confrontan la teoría económica clásica, la cual tradicionalmente ha considerado el comportamiento irracional como una conducta irrelevante en el campo de la investigación económica. Este autor es considerado pionero de la denominada economía conductual que tiende a identificar fundamentos científicos en los comportamientos sociales y emocionales de los seres humanos en sociedad y a nivel personal, por lo que se le considera como un economista que ha sido capaz de establecer vínculos entre los análisis psicológicos y económicos de los procesos de decisiones de las personas. Por ello Thaler afirma que la psicología y las emociones influyen en los individuos cuando tiene que tomar decisiones para ahorrar o invertir, lo que según él no siempre resulta provechoso para la persona, pero en todo caso revela la influencia de la psicología en las decisiones económicas y el comportamiento del mercado.

Los planteamientos iniciales de Thaler sobre este tema los recogió en una publicación en 2015 titulada Misbehaving (portándose mal) en la que introduce el concepto de contabilidad mental para señalar que las personas tienden a simplificar sus decisiones financieras y, con frecuencia, de manera impulsiva, toman decisiones equivocadas, desde el punto de vista de la ortodoxia económica. Esto lo podríamos ejemplificar -apoyándonos en Thaler- en el caso de distorsiones en el mercado que generan acaparamiento y elevación artificial de los precios, cuando las personas ante la escasez de bienes, reaccionan psicológicamente para obtener los mismos ofertando su compra a precios por encima de lo que sería su normal valor en el mercado. Lo mismo acontece cuando -como en el caso venezolano- se establece un arbitrario sistema cambiario que dispara el precio del dólar libre, ante la inseguridad que se produce en relación a la posibilidad de obtener dicha divisa debido a las las notables restricciones establecidas para el otorgamiento de divisas a tasas reguladas o preferenciales. En una de sus obras más conocidas -Nudge o El pequeño empujón- Thaler explica cómo la población se motiva -empuja- a tomar decisiones económicas que la favorezcan a largo plazo, de manera que influyen tanto en la economía como en la política. Todo ello fundamentado en la premisa de que, entre dos opciones, las personas seleccionan a menudo la que es más atractiva o más fácil, sobre la que es más adecuada. Podríamos decir que entonces priva el aspecto psicológico sobre la racionalidad económica. 

Por su parte Steve Hanke, profesor de economía aplicada de la Universidad de Johns Hopkins, en un reciente análisis crítico de la economía venezolana y del acelerado proceso inflacionario que sufre el país, proyecta una inflación de 1195 por ciento para finales de 2017 y refiere respecto al deterioro del bolívar que la moneda venezolana, en la práctica "no vale nada" y que el venezolano -psicológicamente- en lo posible trata de desligarse del bolívar, por lo que, según este prestigioso economista, la economía venezolana está prácticamente dolarizada. Y esta afirmación se corrobora por el hecho de que ya muchas transacciones se están pactando en dólares en el país, considerando la tasa del dólar libre y las expectativas de mayores devaluaciones. 

Es por ello que Hanke, quien coordinó el exitoso proceso de dolarización en Ecuador, afirma que Venezuela requiere recurrir a la dolarización a fin de detener lo que él llama "la mortal espiral inflacionaria", destacando el ambiente favorable a este proceso, como lo afirma una encuesta de Datincorp, realizada en marzo de 2017 en la que el 62 por ciento de los consultados estuvieron a favor del mismo. En apoyo a su propuesta Hanke señala que los países que están oficialmente dolarizados mantienen controlada una baja inflación y gozan de un proceso estable de crecimiento económico, lo que contrasta con países con bancos centrales facultados para la libre emisión de moneda local y expuestos -como en el caso venezolano- a las tentaciones populistas de emitir dinero inorgánico, con las graves consecuencias inflacionarias conocidas.

Todo lo anterior sugiere que la dolarización debe ser considerada dentro de las estrategias que surjan para superar el drama económico, social, ético y político que el país está confrontando. No puede obviarse en ese análisis que la manipulación irracional de las varias tasas de cambio establecidas no solo ha contribuido a la inestabilidad económica y a la espiral inflacionaria, sino también se ha convertido en la principal fuente de la enorme corrupción que se ha desatado y que no tiene parangón en la historia del país, como tampoco tiene referencia histórica la notable pérdida de valor que ha sufrido la moneda nacional, cuyo valor en enero de 2000 se transaba a la tasa libre de 654.67 Bs./US.$, y ya para agosto de este año el cambio libre ubicaba nuestra moneda por encima de 18.000.000,00 Bs./US.$, de los bolívares, antes de maquillaje que dio origen al mal llamado "bolívar fuerte".

José Ignacio Moreno León
jmoreno@unimet.edu.ve
Director General del CELAUP
Universidad Metropolitana
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