Fríos y refrescantes sabores
En el mes de enero comienza el calor en Maracaibo y sus habitantes saben sortearlo
En Venezuela el principio de año en la ciudad de Maracaibo
en el estado Zulia, al occidente del país, es un reflejo de lo contradictorio
de su clima, como de sus habitantes. Una ciudad que es caracterizada por su
radiante sol, por el calor reinante durante 11 meses, por una elevada humedad
producto de tener en sus riveras el lago más grande de Latinoamérica. Pero a
finales de diciembre climáticamente todo cambia y en los meses de enero pasan
cosas de lo más significativo.
En enero resurgen en la ciudad los tradicionales cepillaeros, andando por toda la ciudad
en sus coloridos triciclos, con el tintinar de botellas llenas de sabores, un
bloque de hielo que será raspado y que es la base de la refrescante delicia.
Por todas las calles marabinas se escuchan llegar precedidos, eso sí, por el
sonar de sus claxon.
Es en enero cuando los breves “fríos” que se s en la ciudad
se esfuman tan rápido como llegaron y los marabinos se quejan del calor y del
brillante sol, por ello se agolpan en las plazas, en los parques públicos para
huir de un clima, que ciertamente está casi todo el año presente, y es justamente
en esos momentos cuando muy visionariamente los cepillaeros se convierten en salvadores.
Es una postal recurrente ver familias enteras agrupadas en
torno a los carritos de cepillados o raspados; donde la tira de hielo es
raspada por el cepillo con una cadencia propia de las olas de la pequeña
Venecia, luego el hielo convertido ya en granos, en nieve, es colocado en vasos
desechables de plástico para ser llenados, coloreados como por arte de magia
con sabores que van desde los tan solicitados cola o menta hasta los más
frutales como limón, piña o tamarindo. Y el toque final de los cepillaos se lo
aplica el vendedor, por solicitud del comprador, de leche condensada en forma
circular hasta que se desborda por los lados del vaso.
Es en enero donde uno de las características culinarias más
propias de la ciudad de Maracaibo brilla tanto como el sol que le ama. Los cepillaos, cepillados, raspados, frappe
entre otras denominaciones son un reflejo de muchas características de sus
habitantes: la alegría, lo colorido, lo amigable, lo contradictorio, lo afable
y leal.
Publicado en: www.travelposting.net
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